miércoles, 14 de enero de 2009

Y acá me vez escapándole al fuego,
que sigue quemando. Esa oración, libertad, ansiedad, un amor,
soledad.
Y así vivir mucho mejor.
Todavía siento ganas, de llamarlo alguna vez y decirle que cuando el se fue un viento me arranco de pie.
Todavía que respiro, nene, cuando salgo a nadar por un mar oscuro.
Donde todo es duro y el agua se hace cristal. Todavía que me rió del amor,
del café y de dormir y si lo sufrí fue casualidad, un error nunca te hace mal. Todavía que te quiero y no quiero quererte otra vez, pero si con vos tanto me aleje que volé y jamás regrese.

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